Las alergias o la sensibilidad a sustancias presentes en el entorno pueden provocar dolores de cabeza por contracción muscular o vasculares. Los alérgenos y sensibilizantes conocidos abarcan desde la nicotina del tabaco hasta alimentos cotidianos y aditivos alimentarios. Algunos alimentos comunes que se han vinculado con dolor de cabeza incluyen queso, chocolate, cítricos, cebollas, berenjena, hoja de laurel, chile y canela, así como alimentos fritos, grasos, encurtidos o procesados. Los colorantes o potenciadores de sabor que pueden provocar cefaleas tensionales o vasculares se encuentran en jamón, productos lácteos, cerveza y vino. El glutamato monosódico (MSG) puede provocar dolores de cabeza. La cafeína presente en café, té, bebidas gaseosas y chocolate puede inducir cefaleas si se consume en exceso o si se suspende de forma abrupta. El alcohol también puede desencadenar dolor de cabeza.
Qué hacer
Controla cuidadosamente tu alimentación para identificar los alimentos específicos que pueden estar causando tus cefaleas. Aunque la reacción puede no manifestarse durante horas o incluso días, es posible reconocer patrones en la aparición de los dolores de cabeza. Si crees que ciertos alimentos te están provocando dolor de cabeza, elimínalos temporalmente y observa cómo evoluciona la frecuencia o intensidad de tus cefaleas.
